A pesar de que era tímida, de bajo perfil, discreta, de que odiaba los reflectores, todavía veo a la que fuera primera dama, esposa del ex presidente Ernesto Zedillo, caminando entre los escombros que había dejado el huracán Paulina, categoría cuatro, en Acapulco. Era evidente que el ejemplo de Nilda Patricia no hacía más que estimular a otras primeras damas de gobernadores y presidentes municipales y esposas de ricos empresarios para recauda...
Se trata del amparo otorgado por un juez en Chihuahua La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) encomendó al ministro Javier Laynez Potisek...
*Ilustración: «Parejas», de Alfredo Espinosa La elección de una pareja es azarosa. Los noviazgos prolongados no se convierten...
No hay criterios claros ni lealtades anteriores que sean necesarias para competir con Morena por un cargo público: lo crucial es ganar. El presidente L&o...
Mi primera oportunidad me llevó a la decepción: en 1976 sólo había un candidato a la Presidencia, José López Portillo, del ...
La mayor felicidad es cuando dos se funden en uno; y el peor infierno es cuando dos juran ser uno pero resultan, por lo menos, tres. Y tú estás en el...
CONSIDERACIONES FÁCTICAS PREVIAS: 1. “El fenómeno de la corrupción es uno de los grandes problemas que México ha enfrentado a lo ...
Con al menos 10 horas y media de anticipación, el Centro Nacional de Huracanes de EU advirtió de la catástrofe que estaba por ocurrir en Acapulc...
Víctima de unos vientos de fuerza inusitada, Acapulco ha quedado virtualmente destruido. Sin embargo, el impacto de Otis debiera aprovecharse para recono...